Valencia 0 - R. Zaragoza 0
Después de once jornadas, el Zaragoza ocupa la quinta posición. Así que su plan, que era llegar al parón navideño entre los diez primeros, se puede cumplir sobradamente.
Sí, ése era el plan. Y estamos en la línea de hacerlo realidad, aunque el equipo tiene que funcionar aún mejor y jugar con más confianza. Ése debe ser nuestro siguiente paso.
¿No me diga que no está satisfecho?
Claro que lo estoy, pero no hay que ser conformista. Yo creo que el Zaragoza está jugando un buen fútbol y que cada vez es un equipo más maduro y mejor organizado, pero nuestro empeño es ser todavía más regulares. La Liga es una cuestión de regularidad.
Un dato esclarecedor: estamos en noviembre y el equipo ha sumado ya 18 puntos. Usted cogió al Zaragoza el curso pasado en el mes de febrero y sólo se había ganado un punto más.
Eso significa que nuestro promedio es bueno, pero no podemos olvidar que esto sólo acaba de comenzar. Si mantenemos una línea de regularidad, es decir, si seguimos fuertes en casa y arañamos puntos fuera, al final estaremos arriba. Pero insisto en la regularidad. En medio de los partidos frente al Sevilla, el Atlético y el Valencia hubo uno, en Viena, en el que no dimos la talla. No merecimos perder, pero no supimos ganar.
Hablando del partido del sábado en Mestalla. ¿Le sorprendió ese planteamiento tan miserable de Claudio Ranieri en el Valencia?
Fue un poco sorprendente. Ranieri puso dos atacantes, pero no tuvo nunca mentalidad de atacar, porque ni sus defensas ni sus centrocampistas cruzaban su propio campo. Mirabas la alineación y era una contradicción. Nos dejaban el dominio del partido para que cayéramos en su trampa y nos pudieran cazar en una contra. La pena es que nosotros no aprovecháramos alguna de nuestras ocasiones en la segunda parte. Pero la victoria fuera de casa no tardará en llegar. Estoy convencido.
¿Se acordó de Villa?
Nunca me gusta hablar de los que no han estado. Villa es un jugador muy importante para el Zaragoza, pero no tiene sentido hablar ahora de su ausencia.
Algo sí ha cambiado en el Zaragoza. Por ejemplo, el Atlético y el Valencia salieron a jugar en su propio estadio con miedo. ¿Está su equipo de moda?
No sé si estamos de moda, pero está claro que los rivales nos respetan y nuestro público se divierte. Jugando bien al fútbol siempre se llega más lejos. Eso es algo que tengo muy claro.
¿Por qué nadie se atreve en el Zaragoza a apuntar a la Liga de Campeones?
Quizá porque, en principio, es un premio para otros equipos más poderosos. Ahí están el Barcelona, el Real Madrid, el Valencia, el Deportivo, el Sevilla... Y sólo hay cuatro plazas. Nosotros estamos ahora metidos en esa lucha, pero todavía es muy pronto para ilusionarnos. En este primer tercio de la Liga vemos que podemos tener un espacio, pero todo se decidirá al final. Por eso hay que ser prudentes. Yo soy el primero que tiene la ambición de alcanzar una plaza para la próxima Liga de Campeones, pero hasta enero no veremos hasta dónde podemos llegar.
Pero el equipo no hace más que crecer. Antes de jugar frente al Sevilla, el Atlético y el Valencia se hablaba de una pequeña travesía por el desierto y el Zaragoza ha obtenido cinco puntos y ha dado una sensación clara de superioridad.
Es cierto que el Zaragoza se ha confirmado en estos partidos, pero no podemos dormirnos ni caer en un pecado de autocomplacencia. Ahora nos vienen tres encuentros (Mallorca, Numancia y Espanyol) que nos dirán dónde nos vamos a colocar. Hay que ir paso a paso y sin pensar que ganaremos todos los partidos. Algún día pincharemos en La Romareda y también más de un día ganaremos fuera. Lo único que me importa es que el equipo se consolide arriba y que luego, si los rivales quieren echarnos de ahí, tengan que ganárselo en el campo.
Esa madurez a la que alude se demuestra en el hecho de que el equipo sólo haya encajado un gol en los tres últimos partidos.
En parte, sí. El Zaragoza es fuerte si defiende bien, si defiende junto, con orden. En los últimos partidos sólo hemos recibido un gol, pero, sobre todo, nos han creado muy pocas ocasiones. Ya dije en pleno debate sobre esta cuestión que al final no seríamos el equipo más goleado del campeonato. Se ha impuesto la lógica.
Parece que también se ha acabado el debate de la portería. Luis García ha dejado de ser un tema en cuestión.
Yo creo que sí. Luis ha ido creciendo y ya juega con confianza. Pero ahora justamente es cuando no debe acomodarse. Un profesional del fútbol no puede dejar de progresar.
¿Le preocupa que no se acabe de firmar el convenio de primas entre club y plantilla?
Sería mejor que estuviera ya resuelto, pero sé que las dos partes están haciendo un esfuerzo para alcanzar un acuerdo. Yo creo que será rápido.
¿Y su renovación?
No creo que sea el momento de hablar de mí. Ya habrá tiempo para sentarse y dialogar sobre esta cuestión.
Sí, ése era el plan. Y estamos en la línea de hacerlo realidad, aunque el equipo tiene que funcionar aún mejor y jugar con más confianza. Ése debe ser nuestro siguiente paso.
¿No me diga que no está satisfecho?
Claro que lo estoy, pero no hay que ser conformista. Yo creo que el Zaragoza está jugando un buen fútbol y que cada vez es un equipo más maduro y mejor organizado, pero nuestro empeño es ser todavía más regulares. La Liga es una cuestión de regularidad.
Un dato esclarecedor: estamos en noviembre y el equipo ha sumado ya 18 puntos. Usted cogió al Zaragoza el curso pasado en el mes de febrero y sólo se había ganado un punto más.
Eso significa que nuestro promedio es bueno, pero no podemos olvidar que esto sólo acaba de comenzar. Si mantenemos una línea de regularidad, es decir, si seguimos fuertes en casa y arañamos puntos fuera, al final estaremos arriba. Pero insisto en la regularidad. En medio de los partidos frente al Sevilla, el Atlético y el Valencia hubo uno, en Viena, en el que no dimos la talla. No merecimos perder, pero no supimos ganar.
Hablando del partido del sábado en Mestalla. ¿Le sorprendió ese planteamiento tan miserable de Claudio Ranieri en el Valencia?
Fue un poco sorprendente. Ranieri puso dos atacantes, pero no tuvo nunca mentalidad de atacar, porque ni sus defensas ni sus centrocampistas cruzaban su propio campo. Mirabas la alineación y era una contradicción. Nos dejaban el dominio del partido para que cayéramos en su trampa y nos pudieran cazar en una contra. La pena es que nosotros no aprovecháramos alguna de nuestras ocasiones en la segunda parte. Pero la victoria fuera de casa no tardará en llegar. Estoy convencido.
¿Se acordó de Villa?
Nunca me gusta hablar de los que no han estado. Villa es un jugador muy importante para el Zaragoza, pero no tiene sentido hablar ahora de su ausencia.
Algo sí ha cambiado en el Zaragoza. Por ejemplo, el Atlético y el Valencia salieron a jugar en su propio estadio con miedo. ¿Está su equipo de moda?
No sé si estamos de moda, pero está claro que los rivales nos respetan y nuestro público se divierte. Jugando bien al fútbol siempre se llega más lejos. Eso es algo que tengo muy claro.
¿Por qué nadie se atreve en el Zaragoza a apuntar a la Liga de Campeones?
Quizá porque, en principio, es un premio para otros equipos más poderosos. Ahí están el Barcelona, el Real Madrid, el Valencia, el Deportivo, el Sevilla... Y sólo hay cuatro plazas. Nosotros estamos ahora metidos en esa lucha, pero todavía es muy pronto para ilusionarnos. En este primer tercio de la Liga vemos que podemos tener un espacio, pero todo se decidirá al final. Por eso hay que ser prudentes. Yo soy el primero que tiene la ambición de alcanzar una plaza para la próxima Liga de Campeones, pero hasta enero no veremos hasta dónde podemos llegar.
Pero el equipo no hace más que crecer. Antes de jugar frente al Sevilla, el Atlético y el Valencia se hablaba de una pequeña travesía por el desierto y el Zaragoza ha obtenido cinco puntos y ha dado una sensación clara de superioridad.
Es cierto que el Zaragoza se ha confirmado en estos partidos, pero no podemos dormirnos ni caer en un pecado de autocomplacencia. Ahora nos vienen tres encuentros (Mallorca, Numancia y Espanyol) que nos dirán dónde nos vamos a colocar. Hay que ir paso a paso y sin pensar que ganaremos todos los partidos. Algún día pincharemos en La Romareda y también más de un día ganaremos fuera. Lo único que me importa es que el equipo se consolide arriba y que luego, si los rivales quieren echarnos de ahí, tengan que ganárselo en el campo.
Esa madurez a la que alude se demuestra en el hecho de que el equipo sólo haya encajado un gol en los tres últimos partidos.
En parte, sí. El Zaragoza es fuerte si defiende bien, si defiende junto, con orden. En los últimos partidos sólo hemos recibido un gol, pero, sobre todo, nos han creado muy pocas ocasiones. Ya dije en pleno debate sobre esta cuestión que al final no seríamos el equipo más goleado del campeonato. Se ha impuesto la lógica.
Parece que también se ha acabado el debate de la portería. Luis García ha dejado de ser un tema en cuestión.
Yo creo que sí. Luis ha ido creciendo y ya juega con confianza. Pero ahora justamente es cuando no debe acomodarse. Un profesional del fútbol no puede dejar de progresar.
¿Le preocupa que no se acabe de firmar el convenio de primas entre club y plantilla?
Sería mejor que estuviera ya resuelto, pero sé que las dos partes están haciendo un esfuerzo para alcanzar un acuerdo. Yo creo que será rápido.
¿Y su renovación?
No creo que sea el momento de hablar de mí. Ya habrá tiempo para sentarse y dialogar sobre esta cuestión.
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