S.Olomuc - Real Zaragoza
No existen calificativos suficientes para explicar todo lo que pone en juego el Real Zaragoza en Olomouc. El pase a la novedosa y competitiva liguilla diseñada para la Copa de la UEFA se encuentra todavía a noventa largos minutos. Todo lo que no sea entrar en el bombo del próximo martes 5 de octubre será un fracaso. Así de simple y a la vez así de complejo. El Zaragoza se juega su futuro en la segunda competición continental, aunque, eso sí, lo hace con cierta ventaja.
El gol anotado por David Generelo en la recta final del encuentro de ida disputado en La Romareda le pudo abrir las puertas de la liguilla de par en par, aunque el 1-0 habrá que ratificarlo en el estadio Andruv del Sigma Olomouc. Sin excusas que valgan.
El Zaragoza se sube esta mañana en el avión que le transportará hasta la República Checa. Toca madrugar, pero la expedición afronta el viaje cargada de ilusión. No es para menos. La plantilla es consciente de que ante sí tiene un reto precioso: inscribir su nombre en la novedosa Copa de la UEFA con letras de oro. La competición cambia de imagen. Este año se ha lavado la cara después de muchos años en un intento de revitalizar un torneo algo devaluado por la masiva afluencia de clubes a la Liga de Campeones. Pero este año es diferente.
El Zaragoza lo sabe y por eso acude a su cita con el Sigma Olomouc totalmente concentrado. Los fantasmas de Cracovia sobrevuelan la ciudad, aunque esta historia no es la misma y ese nombre estará vetado hasta el fin de los días. Este vestuario está hambriento, quiere títulos. Sus éxitos en la Copa del Rey ante el Real Madrid y en la Supercopa de España frente al Valencia así lo confirman.
En La Romareda se cumplió el guión, aunque la eliminatoria no quedó sentenciada. El Sigma no lo puso fácil y el miedo a una encerrona sigue latente. Sin embargo, los checos no pueden limitarse a esperar. Necesitan un gol. Y ahí es donde el Zaragoza se mueve como pez en el agua. A la contra, los puntas zaragocistas han demostrado que su veneno es mortal. Mañana por la tarde está prohibido fallar. No vamos a fallar, dice el vestuario. No es para menos. Está en juego entrar en la UEFA, la de verdad. Vamos.
El gol anotado por David Generelo en la recta final del encuentro de ida disputado en La Romareda le pudo abrir las puertas de la liguilla de par en par, aunque el 1-0 habrá que ratificarlo en el estadio Andruv del Sigma Olomouc. Sin excusas que valgan.
El Zaragoza se sube esta mañana en el avión que le transportará hasta la República Checa. Toca madrugar, pero la expedición afronta el viaje cargada de ilusión. No es para menos. La plantilla es consciente de que ante sí tiene un reto precioso: inscribir su nombre en la novedosa Copa de la UEFA con letras de oro. La competición cambia de imagen. Este año se ha lavado la cara después de muchos años en un intento de revitalizar un torneo algo devaluado por la masiva afluencia de clubes a la Liga de Campeones. Pero este año es diferente.
El Zaragoza lo sabe y por eso acude a su cita con el Sigma Olomouc totalmente concentrado. Los fantasmas de Cracovia sobrevuelan la ciudad, aunque esta historia no es la misma y ese nombre estará vetado hasta el fin de los días. Este vestuario está hambriento, quiere títulos. Sus éxitos en la Copa del Rey ante el Real Madrid y en la Supercopa de España frente al Valencia así lo confirman.
En La Romareda se cumplió el guión, aunque la eliminatoria no quedó sentenciada. El Sigma no lo puso fácil y el miedo a una encerrona sigue latente. Sin embargo, los checos no pueden limitarse a esperar. Necesitan un gol. Y ahí es donde el Zaragoza se mueve como pez en el agua. A la contra, los puntas zaragocistas han demostrado que su veneno es mortal. Mañana por la tarde está prohibido fallar. No vamos a fallar, dice el vestuario. No es para menos. Está en juego entrar en la UEFA, la de verdad. Vamos.
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