Blogia
chichus

El Zaragoza saldrá en Valencia decidido a marcar pronto un gol

El Zaragoza saldrá en Valencia decidido a marcar pronto un gol Vamos a ganar en Mestalla. La reflexión en voz alta que el vestuario hizo el domingo, sólo unas horas después de sucumbir en la ida de la Supercopa ante el aburrido, intratable y preciso Valencia, sonó a declaración de intenciones tan valiente como temeraria. Y aunque digan que lleno está el cementerio de valientes, resulta al menos reconfortante escuchar la frase en boca del ejército de Víctor. Mejor morir arriesgado y bonito que malvivir en pañales. Así fue casi siempre el espíritu del club, primera e importante ley que Víctor ha recuperado para todos. Así tuvo pinta el sábado de pretender ser este Real Zaragoza, un equipo valiente. Será la juventud, serán las ganas, será el café...
Mal café, precisamente, es lo que vuelve a tener este Valencia campeón. Tanto, que uno no sabe si cuando está jugando contra él lo está haciendo bien, o mal, o todo lo contrario. Porque en La Romareda el Zaragoza dominó, jugó mejor durante un buen rato, le hizo alguna ocasión... Y luego perdió, final que el Valencia tiene reservado para el común de los mortales desde hace un año, justo cuando empezó a lucir cara de piedra y aguijón venenoso. Así se llevó por delante a la Liga y a la UEFA. Y más recientemente al Zaragoza.
Pero pese a todo, contra todo, el equipo viajó ayer a Mestalla convencido. O nos lamentamos o apretamos los puños y allá vamos, vino a decir Villa. Como él piensan muchos. Hay un título en juego, y ahora está perdido. Toca jugar a recuperarlo y no entregar la cuchara. Entre otras cosas, porque más allá no queda nada. La Liga, acaso. Así son las finales, sin revanchas esperando.
Por todo esto, por el carácter ulterior del partido de vuelta de un torneo vestido de boda en medio del desierto –¿y no se podría jugar la Supercopa en otro momento?–, el Zaragoza lo afronta liberado de presión. Y si algo se supone que necesita esta plantilla para creerse importante es eso, libertad de espíritu. Con la solidez que aporten los Láinez, Cuartero, Milito, Álvaro, Movilla y Savio, y si el resorte que eleva el nivel de este Zaragoza ha de estar en jóvenes como Cani, Ponzio, Óscar, Villa, Zapater, Generelo, Soriano y compañía –ninguno mayor de 24 años–, el mar deberá estar en calma para que todos se animen a intentar el pase difícil o el regate imposible.
En el último duelo antes de la guerra, el Zaragoza quiere seguir cumpliendo años. Enfrente, un veterano, un equipo de hombres que ya han sido héroes y forman un ejército invencible. “Llevan varios años siendo un gran equipo. Nosotros trabajamos para ser un buen equipo”. Movilla lo ve así. Nadie se rinde en Zaragoza. No mientras haya una bota viva.

2 comentarios

Stuka -

¡Que tengáis suerte!

Marta -

Ese Zaragoza, eh! eh!
Vamos a ver si consiguen un golito pronto, y tenemos partidazo :)